El primer ministro haitiano, Ariel Henry, recibe atención en Puerto Rico por parte de agencias federales, incluyendo el FBI, mientras se esclarecen sus próximos pasos. Las autoridades de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. en Puerto Rico gestionaron su llegada, mientras que el FBI se encarga de su seguridad y alojamiento. La sensibilidad del tema ha llevado a que tanto el FBI como el Gobierno de Puerto Rico mantengan información confidencial. La situación de Henry, cuyo paradero era desconocido, se complica debido a la escalada de violencia en Haití. Con un estado de emergencia y toque de queda decretados, la comunidad internacional y la ONU presionan para abordar la crisis, mientras se especula sobre la posible dimisión de Henry en medio de tensiones y amenazas de conflicto civil y genocidio.